Soplos

Mi hijo tiene un soplo. ¿Todos los soplos son malos o patológicos? ¿Qué es un soplo?

Los soplos cardiacos son ondas sonoras con frecuencias entre 20 y 2,000 hertzios (Hz), o ciclos por segundo, los cuales son causados por la turbulencia en el flujo sanguíneo en el corazón y grandes vasos.

La auscultación de un soplo cardiaco es un hecho frecuente en la exploración física en niños y adolescentes. La mayor parte de ellos son funcionales, inocentes o normales, es decir, aparecen en ausencia de cardiopatía estructural. Sin embargo, la presencia de un soplo cardiaco puede ser signo de una cardiopatía congénita, cuyo diagnóstico precoz es importante.

La prevalencia de cardiopatías congénitas es de 6 por cada 1000 nacidos vivos y se estima que en nuestro país nacen entre 18 – 20 mil niños con cardiopatía al año. La prevalencia de los soplos funcionales en la infancia es superior al 50%, llegando en algunos estudios al 75 – 80%.

El diagnóstico diferencial entre un soplo funcional y uno patológico puede hacerse basándose en la exploración. Sin embargo, la auscultación cardiaca en los niños es una técnica difícil, que requiere cierto grado de adiestramiento y cooperación del paciente.

Informar a los padres que su hijo tiene un soplo conlleva un sinfín de aspectos emocionales y económicos para la atención médica y no es una tarea fácil.

¿Cuándo referir un paciente con soplo cardiaco al cardiólogo pediatra?

El médico debe derivar a un niño a la consulta de cardiología pediátrica si:

• La exploración o el interrogatorio sugieren patología cardiaca.
• Hay antecedentes familiares que obliguen a descartar cardiopatía.
• El niño tiene un síndrome o malformación que se asocie a cardiopatía congénita.
• Existen 3 o más síntomas: dolor torácico, palpitaciones, sudación de manos y pies, mareos, cefalea, visión borrosa, disnea (falta de aire), cansancio; cianosis (coloración azulada de la piel).
• No se puede definir con certeza que lo que se ausculta es un soplo funcional.
• Los neonatos y lactantes con soplos, porque aunque en este grupo de edad, la prevalencia de soplos funcionales es mayor, también se detectan un número más elevado de cardiopatías congénitas, a veces todavía asintomáticas.

El foramen oval permeable aunque no es una cardiopatía, en algunas ocasiones (aneurismático) puede comportarse como un defecto pequeño y requerir vigilancia médica; en el caso que se asocia a corto circuito significativo o accidentes vasculares cerebrales deberá cerrarse previa evaluación de cardiólogo intervencionista. El conducto arterioso es una estructura normal en la etapa fetal, que de persistir requerirá según el criterio médico de tratamiento farmacológico, intervencionista (cierre por cateterismo) o quirúrgico.

Una vez realizado el diagnóstico de soplo funcional o bien patológico, el cardiólogo pediatra informará adecuadamente a los padres y realizará las recomendaciones pertinentes según sea el caso.